viernes, 7 de mayo de 2010

LA FRATERNIDAD - en you tube -


CAPÍTULO VI

La fraternidad es paralelismo en la relación humana. En nuestro esfuerzo de disolver nuestras congestiones por “ser diferente de las otras personas”, vamos a enfocar nuestra atención ahora por medio de la meditación en el Gran Mándala llamado el Horóscopo Abstracto, sobre nuestra gran semejanza con los otros: Una rueda de doce casas con los símbolos de los signos en las cúspides comenzando con Aries como Ascendente y los símbolos de los planetas colocados en las casas correspondientes a sus signos de dignidad.
La fraternidad de todos los seres humanos entre sí está ilustrada aquí, ya que es la simbología astrológica esencial completa de todos los seres humanos. Es interesante e iluminador notar que el sexo físico, el desarrollo evolutivo absoluto y la “nacionalidad”, credo y color”, no están representados en este diseño. Las calificaciones mencionadas arriba son niveles temporales de expresión por las cuales el hombre se separa de sus compañeros a través de sus sentimientos de inferioridad y de superioridad, de, ser mejor o peor, más elevado o inferior y en general, ser diferente. El hombre difiere de sus semejantes, en cualquier sentido real, solamente en la dimensión del tiempo; algunos de nosotros dejamos el nivel del estado primitivo un poco antes que otros y correspondientemente algunos logran la liberación antes. Pero todos recorremos el mismo camino y realizamos los mismos requisitos evolutivos como expresiones de la idea “Humanidad”. Cuando apreciamos claramente que nuestras reacciones de temor y de odio hacia un malhechor y su fechoría, son simplemente - repito simplemente - estímulos mnémicos de nuestra perpetración de esa fechoría en el pasado, entonces reconocemos que condenar a un malhechor, semejante nuestro, es la perversión, de lo que debe ser amor fraternal; él es fraternal a nosotros ya que él - y nosotros - somos paralelos recíprocamente en el ejercicio negativo de la conciencia - la liberación de nuestros recursos vibratorios por ignorancia de principio.
¿No es realmente la “condenación de un malhechor” una protesta de la conciencia el hacerlo ver una exteriorización de su “traviesa niñez”?. Tratamos de inculparnos a veces
cuando recordamos errores o tonterías que hemos cometido en los pasados años; entonces, ¿No se culpa la “conciencia a sí misma” cuando ejercitamos una reacción de sentimiento negativo intenso contra algo hecho por otra persona?. Nuestra conciencia es la misma que la de nuestros hermanos - recurso esencial para la expresión del amor único y la sabiduría única de nuestro Padre-Madre-Dios. Nosotros somos paralelos el uno al otro por ser expresiones de una idea de nuestro padre-madre bipolar; el masculino-femenino de todo ser humano, es realmente lo que está significado por la hermandad humana.
Nosotros somos paralelos a otros seres humanos en nuestros patrones de semejanza en el sufrimiento. Defina el “sufrimiento” como la “forma por la cual disolvemos involuntariamente nuestras congestiones en la conciencia”.
Nosotros no invitamos conscientemente al sufrimiento - el impulso total de la naturaleza humana es evitar el dolor y la molestia en todo lo posible; pero como no ejercitamos conscientemente nuestras capacidades para el crecimiento y el desenvolvimiento, la Vida tiene su manera - por medio del estímulo rítmico de nuestros patrones vibratorios - de alertarnos a los correctivos necesitados para la mejor liberación de nuestras potencialidades espirituales. Él sufrimiento es el estímulo de una congestión vibratoria y se encuentra un paralelismo de condicionamiento vibratorio en el “perpetrador de la mala acción” y el que reacciona con dolor a esa mala acción; el primero está funcionando dinámicamente, el último reflexivamente; ambos, en combinación representan el masculino-femenino del patrón congestionado. ¿No debiera ser el “paralelismo del sufrimiento” el campo en el cual estableciéramos nuestra simpatía más sensible con nuestros semejantes?. ¿Qué diremos del individuo que impone la venganza como represalia a una “injuria cometida contra él”?. ¿Está él realmente “balanceando la cuenta justamente”?. Su perpetración de la misma - o de una injuria semejante - lo liga en paralelismo al que le causó el dolor, la congestión se intensifica y ambos son “aprisionados” más aún. La condición negativa en la conciencia básica es de ese modo acentuada y ambos tendrán que enfrentarse a una “recristalización” más drástica en su debido tiempo hasta que el paralelismo sea armonizado mutuamente por medio del amor-sabiduría.
Los estudiantes preguntan: “¡Por Dios ¿Por qué la tercera casa es llamada la casa de los hermanos?”. Veamos lo que nos dicen dos copias del Gran Mándala:
Ponga una copia del Mándala de modo que la cuarta cúspide (Cáncer) ocupe el lugar del Ascendente; ponga la otra copia de manera que la décima cúspide (Capricornio) ocupe el lugar del Ascendente. En la primera, Géminis es el signo de la duodécima casa; en la segunda, Sagitario es el signo de la duodécima casa. La palabra clave básica del patrón del signo de la duodécima casa es la redención de ideales irrealizados; Géminis es el signo de la novena casa - Sabiduría - desde Libra, símbolo de la complementación femenina; Sagitario es el signo de la novena casa desde Aries, símbolo de la complementación masculina. ¿Quién hace posible la encarnación?. La Madre (Cáncer) y el Padre (Capricornio), como la expresión generadora bipolar de la vida. En otras palabras, por lo tanto, ¿por qué se convierte una mujer en madre y por qué se convierte un hombre en padre?.

1. Para contribuir a la redención de la vida humana haciendo posible la encarnación de más “Luces”.

2. Para extender su espera de conocimiento y de comprensión a través de la mayordomía de su engendrado.

3. En la presente expresión femenina y masculina, para “encender” recursos de conocimiento derivados de la sabiduría cuando cada uno estaba encarnado en el sexo
opuesto.

4. Para experimentar “retribución kármica” - el medio de redención - por medio del cumplimiento de patrones de relación kármicos a través del capítulo de experiencia de padre - de ese modo flexibilizando la expresión de los recursos de su Amor-Sabiduría por medio de una variación de polaridad y género, en una extensión (del pasado) de la dimensión del Tiempo.
Como la tercera casa es la “duodécima de la cuarta casa”, vemos que los hermanos (réplicas en parte, de la masculinidad-feminidad de ambos padres) en los planos internos protegen las semillas embrionarias en el cuerpo de la madre. La acción fecundante del padre hace posible esta “ignición de contacto”, y aquellos “en la tercera casa” emergen
(Cáncer-Capricornio son los signos cardinales) de lo invisible a lo visible a través de la encarnación.
En el Gran Mándala, el signo de Géminis es la “raíz” del diámetro fraternal, por estar en el primer cuadrante de la rueda. Su regente, Mercurio - la facultad intelectual - es neutral en cuanto a género concierne; el signo es el tercero de la trinidad de aire iniciada por Libra, por lo tanto, de cualidad “reflectora”. El Mercurio mitológico transmitía mensajes de los dioses a los seres humanos; ¿No son nuestros hermanos mensajeros para nosotros del padre-madre Dios?. Recibimos nuestros primeros “mensajes” o paralelismo de relación y familiaridad con el sexo opuesto por medio de las relaciones con nuestros hermanos durante la niñez en el sentido físico. “Hermanos” también significa “compañeros de estudio”, “compañeros de juego” y “compañeros de infancia”: La “convivencia de los niños” en los primeros años de la encarnación es la raíz de la “convivencia de hombres y mujeres” en la vida adulta; nuestra relación con nuestros hermanos físicos es una expresión enfocada, kármica, de este paralelismo. Además, la cualidad “neutral” - o “andrógina” - de Mercurio como regente de Géminis, es simbólica de la falta de pasión (en su mayor parte) de nuestros afectos para los compañeros de la niñez; niños y niñas juegan juntos y se asocian simplemente como “chicos” - las diferencias de “varón y hembra” no se perciben de manera marcada hasta que surgen las cualidades pasionales en la adolescencia y el reconocimiento sexual del sexo opuesto.
Ahora - un acercamiento extendido a la tercera casa (refiriéndonos al Gran Mándala).
Es la primera casa de relación en el ciclo de la rueda comenzando con el Ascendente; por consiguiente, representa nuestras “relaciones pueriles” en cualquier nivel
de experiencia. Mientras somos novatos en un patrón de experiencia somos niños, no
importa nuestra edad cronológica. La persona que comienza un estudio de cualquier cosa es un “niño” en ese empeño particular. Los adultos que tienen congestiones con la tercera casa, con el signo de Géminis y con el planeta Mercurio son personas que tienen dificultad de ajustarse a un horizonte mental nuevo - y es muy probable que experimenten dificultades en adaptarse a las relaciones con sus compañeros de estudio. En los años de adulto puede
haber una “acumulación de negativos” (rigidez de opiniones, falso orgullo, envidias y celos; complejos de inferioridad y de superioridad, etc.) que se han acumulado durante los años de crecimiento. Cuando semejante adulto es impelido - por cualquier razón - a “inaugurar un nuevo aprendizaje”, estos negativos acumulados emergerán de su subconsciente a través de su “contacto fraternal” con sus condiscípulos; él puede encontrar su camino un poco rudo debido a sus reacciones negativas hacia otros y por consiguiente encontrar difícil el ejercicio mental verdadero. El puede reprochar su edad o el no haber estudiado nada por largo tiempo; pero el contacto con otras personas en la ignición de negativos y la observación cuidadosa podría servir para probarle que sus sentimientos de discordia son realmente la raíz de sus dificultades. (La experiencia del autor durante la guerra - paralela a la de muchos otros hombres-confirma esto: Cuando se le ordenó cumplir una línea de trabajo completamente nueva y desconocida, las congestiones de la tercera casa - Géminis-Mercurio trajeron sentimientos y reacciones de gran perturbación y desagrado hacia los compañeros de trabajo; esto hacía muy difícil el ajuste al nuevo trabajo; sin embargo, cuando la adaptación a los otros fue establecida en amistad y familiaridad hermandad el ajuste al cumplimiento del deber se hizo armonioso y verdaderamente placentero.
El ejercicio de nuestras facultades de la tercera casa está enfocado en el ejercicio de la mente; por consiguiente, la impersonalidad de acercamiento puede ser un correctivo notable para el desagrado por medio del contacto con personas con las cuales estamos asociados en la experiencia del estudio (Géminis) y el trabajo (Virgo) - regido también por Mercurio. Permitir mentalmente a todo compañero de estudios y compañero de trabajo realizar su patrón de acuerdo con su equipo, es la más efectiva disolución de cristalización psicológica de falso orgullo, envidia e inferioridad. Cuando hacemos de nuestra meta lo mejor de nuestro propio aprendizaje y trabajo, liberamos a otros del desagrado de nuestros negativos y nos liberamos de molestias internas, lo que en su totalidad resulta más eficiente.
No podemos tener sentimientos personales sobre el conocimiento y el trabajo puesto que Géminis y Virgo son “raíces” de nuestros florecimientos impersonales. Géminis es polarizado por la sabiduría de la novena casa de Sagitario; Virgo es la “Modulación” del semicírculo inferior al semicírculo superior a través del signo cardinal de Libra. Percibir y
apreciar las habilidades y potencialidades de los condiscípulos y compañeros de trabajo es electrizar las experiencias de estudio y de trabajo con la vehemencia del poder del Amor y las congestiones se aflojan automáticamente.
¿Cuáles son algunos de los resultados de persistir en las congestiones de Mercurio-Géminis-Virgo, tercera y sexta casas?. Haga el mándala de la cruz mudable: Una rueda con las cúspides de la tercera, sexta, novena y duodécima casas cubiertas por los símbolos de Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis, respectivamente. Conecte estos puntos por líneas rectas, formando la cuadratura mudable. Déle énfasis a los diámetros de Géminis-Sagitario y Virgo-Piscis. He aquí algo significante: Los dos “puntos inferiores” de la cuadratura mudable nos dan una pista para un “compuesto genérico” extraordinario a través de la regencia de Mercurio. La polaridad masculina es Géminis (hembra) y Sagitario (varón); la polaridad femenina es Virgo (varón) y Piscis (hembra). Aquí Mercurio se ve como el único planeta que arraiga el espectro genérico completo de cualidad doble de polaridad doble, de aquí que la naturaleza andrógina de Mercurio está representada por completo.
Se pueden clasificar varios tipos de congestión de Mercurio de la manera siguiente:

1) Géminis: Falta de foco mental, de organización y de concentración; esto resulta en la indagación ligera, la superficialidad y la indecisión mental; si Mercurio se queda “aniñado” es “actividad mental inútil”, estudio sin percepción, pensamiento sin sabiduría, discursos y escritos sin patrón ni técnica; lo mejor que puede decirse de este patrón es la “adquisición de hechos”, pero la absorción de conocimiento es difícil e inútil, y la expresión sin sabiduría puede carecer de certeza que a la par es evidencia de inmadurez. La primera línea de la cruz mudable cruza a través del signo cardinal de Cáncer, iniciador del segundo cuadrante (o de la “familia”) y Leo, el recurso del poder del Amor, hasta el segundo signo mudable:

2) Virgo - signo de la novena casa de la trinidad de tierra, iniciada por Capricornio - símbolo del servicio como aspecto de sabiduría del elemento tierra y la liberación de las potencialidades del amor creador como una contribución a la vida; Virgo, congestionado, es un “servicio por pago material”; es “trabajo sin conocimiento o sin sabiduría”; el lema “Patrón” (el Capital) contra “Empleado (el Trabajo)” es un símbolo arquetípico para “Congestión de la Sexta Casa”; el capital y el trabajo son trabajadores en el mundo y sólo a través de la fraternidad puede el lema redactarse nuevamente en “el Capital y el Trabajo” como la combinación del verdadero servicio cada uno cumpliendo su parte con equidad. La cooperación y la mejor contribución personal posible al patrón del trabajo; “el Capital contra el Trabajo” es servicio congestionado y agotado por la falta de conocimiento técnico y (muy importante) su principio: La sabiduría concerniente y valores humanos. Así como se hallan compuestos fraternales en combinaciones tales como padre-madre, marido-esposa, etc., del mismo modo el capital-trabajo es la identidad compuesta del servicio. Desde Virgo, la segunda línea cruza a través del signo cardinal de Libra (complementación refleja) y de su recurso emocional, Escorpión, hasta:

3) Sagitario: Signo de la novena casa desde Aries, tercer aspecto de la trinidad de fuego, polaridad de Géminis, la irradiación del conocimiento como sabiduría, la fraternidad de los padres y la fraternidad de nuestros hermanos mayores, nuestros maestros, padres de nuestros Espíritus. La novena casa, congestionada, es teoría y abstracción que no es puesta en propósito práctico; es sabiduría no demostrada en la vida diaria; es la religión que da énfasis a las formas, a las distinciones y diferencias; es un punto de prueba sutil en octavas superiores de desarrollo porque la congestión que llamamos “orgullo” se evidencia aquí en nuestras condescendencias hacia aquellos que optamos por tenerlos como “inferiores” o “menos sabios” que nosotros; es la sabiduría utilizada para canalizar expresiones de satisfacción de poder personal, de ese modo frustrando su propio propósito por estar ajeno a su propio principio; su esencia, por estar congestionada, es la imposibilidad de aprender de la experiencia, careciendo la conciencia de la percepción de los principios envueltos en los patrones de experiencia. Así como la inarmonía y la contención entre los padres pueden infligir ofensas dolorosas en las mentes y emociones de los niños en crecimiento, del mismo modo pueden - con efecto mucho más drástico - los celos, envidias, competencias y sentimientos de discordia en los corazones de nuestros maestros, educadores, líderes religiosos y artistas infligir dobles ofensas en nuestras mentes y emociones porque así el trabajo espiritual del mundo es congestionado, distraído y agotado; así como los niños tienden a veces a sentir que ellos son “competidores el uno contra el otro por el amor de los padres” y los compañeros de trabajo (Capital o Trabajo) son competidores mutuos en la obtención de ingresos”, del mismo modo nuestros Hermanas y Hermanos Mayores pueden luchar uno contra el otro por el prestigio, la aclamación, la fama, el poder y la influencia; ellos deben mantenerse realmente como símbolos vivos de fraternidad espiritual para que la conciencia de los “más jóvenes” pueda ser elevada con mayor seguridad y certeza en la comprensión y la percepción; si ellos han de servir de padres de nuestros Espíritus, deben tratar de hacerlo con sabiduría que canalice su poder de amor. Desde Sagitario la cuarta línea cruza a través del vértice de la rueda en el signo de Capricornio (cumplimiento de responsabilidad) y a través del “cuadrante del Alma” a:
4) Piscis y la duodécima casa, polaridad de Virgo de Mercurio y signo de “redención de ideales incumplidos”, la fraternidad del alma es representada por este signo trascendente, regido por Neptuno; aquí nos enfrentamos a las exteriorizaciones de nuestras más serias expresiones de falta de fraternidad - nuestras violaciones contra lo Divino en el hombre y por su medio, por pago kármico somos traídos cara a cara con nuestra “fraternidad con lo peor en el hombre” - el encarcelado, el perseguido, el traidor de ideales y el adorador de ídolos; la casa duodécima congestionada es el “Judas” en cada uno de nosotros - a través de sus representaciones vemos el “polvo” que hemos echado en los ojos de nuestro hermano - cegándolo con ilusiones; Neptuno congestionado compendia lo peor que es inaugurado por Mercurio congestionado y Júpiter congestionado; sólo las más drásticas revisiones de conciencia - a través de la realización y el vivir del ideal - pueden tener estos patrones a reajuste constructivo; la duodécima casa y el signo de Piscis son interpretados como la “propia ruina” (el yo único no puede ser arruinado) porque en ellos nos metemos en las trampas que hemos puesto en el pasado a nuestros hermanos y habiéndonos convertido en “mensajeros de las tinieblas” en vez de “mensajeros de los dioses”.
Géminis (abstractamente) y su tercera cúspide (concretamente) son el signo de la tercera casa desde Libra (signo abstracto de la complementación) y su séptima casa (concreta); el signo de la “novena casa” transmite el “aspecto de sabiduría”; la sabiduría que derivamos de nuestra última encarnación en le sexo opuesto se manifiesta en el amor que recibimos ahora - y la felicidad disfrutada - con los hermanos y hermana de ese sexo; y ese recurso de sabiduría hace posible mayores desenvolvimientos en esta encarnación por medio de nuestros nuevos capítulos de fraternidad.
El primer trino desde Géminis es Libra mismo - el aspecto amoroso de fraternidad intensamente enfocado; nuestro marido-esposa es verdaderamente nuestro hermano hermana y la siguiente “extensión” a Acuario, el signo de la undécima casa, es la representación de fraternidad en su octava más ampliamente extendida - la octava de la amistad, la vibración del amor, en paralelismo, que nos une en la conciencia con todos nuestros hermanos y hermanas, trascendiendo toda barrera de clasificación y diferencia de relación. La fraternidad, por lo tanto, es en el análisis final, el patrón de relación arquetípico de la humanidad ya que todos nosotros tenemos que cumplir el uno con el otro todo patrón de relación recíproca para realizar la manifestación del ideal humano en este plano.

del libro " Estudios de Astrología VIII ", de Elman Bacher

en you tube, aqui
https://www.youtube.com/watch?v=t57i0ctxr68&feature=youtu.be

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