viernes, 7 de mayo de 2010

LA PATERNIDAD - en you tube -


CAPÍTULO III


Esta disertación concerniente a una identidad humana especializada, será tratada tomando en cuenta una correlación de mándalas. Serán requeridos tres: 1) El Gran Mándala-Aries Ascendente; 2) el Mándala del Poder del Amor-Leo Ascendente; 3) el Mándala de la identidad de Paternidad arquetípica - Capricornio Ascendente. Para cada uno de éstos aplique los símbolos de los signos zodiacales en sucesión, el símbolo circular del Sol en el centro y el símbolo del Sol personal (la línea horizontal y el semicírculo del Sol naciente) en cada casa de Leo.
Primero para considerar la significación de la identidad de Paternidad como un factor en el patrón del Gran Mándala, el horóscopo del arquetipo, la Humanidad.
Capricornio, el superior de los dos signos de la línea de los padres (el diámetro vertical) es el signo de exaltación de Marte, el principio macho. La exaltación hablando en términos de vibración es madurez, y la madurez de cualidad consciente de sí, separativa, de Marte, se halla en la aceptación y cumplimiento de las responsabilidades legítimas. La responsabilidad implicada en Capricornio, como uno de los dos factores del diámetro Cáncer-Capricornio, es la de proveer forma como una expresión del Poder del Amor. El diámetro de Cáncer-Capricornio es la polarización del Principio (de la) Matriz; es, en términos humanos, el diseño esencial o patrón que identifica la forma humana.
El archisímbolo de matriz es, desde luego, el símbolo maternal de Cáncer; es la Madre que proporciona la semilla esencial de la cual es emanada la forma humana en la gestación. La polarización de este archiprincipio de Capricornio es la impregnación de la semilla de la forma por el aspecto macho del Principio de procreación de la Forma. La inseguridad es una de las dos archiraíces del condicionamiento negativo; los aspectos de fricción y de congestión implicando a la Luna y a Saturno, son patrones de inseguridad en astrología. Saturno, regente de Capricornio, es iniciador del trino de Tierra (Capricornio, Tauro, Virgo) - el principio que identifica este trino es la mayordomía de la forma engendrada. Esto se refiere a la procreación y guía del niño (Capricornio), sostenimiento de la vida por el intercambio material (Tauro) y la expresión del trabajo (Virgo). Luna-Cáncer es el símbolo de seguridad del humano inmaturo; los inmaturos encuentran seguridad en la alimentación, protección y afecto compasivo representado por la Luna como símbolo del instinto maternal. Saturno-Capricornio es el símbolo de seguridad del humano maduro; los maduros asumen y realizan responsabilidades, perfeccionan la expresión de potencialidades en acción contribuyente, relativa a la familia grande, la Sociedad.
Si Cáncer simboliza nuestra tendencia de apegarnos a lo que nos protege externamente, Capricornio y la vibración de Saturno simbolizan nuestro impulso de establecer nuestra propia seguridad individual por la regeneración de la conciencia y la manifestación desde esa base. Por medio de Cáncer, somos ciudadanos de un grupo de familia; a través de Capricornio, somos ciudadanos de la familia más grande del estado, la nación y la raza; el arquetipo de esta ciudadanía es, desde luego, nuestra identidad como Terrícolas - conciudadanos de este planeta del sistema solar.
Cada uno - varón o hembra - tiene la Luna-Cáncer y Saturno-Capricornio en alguna parte del mapa. Estos representan el símbolo biuno de seguridad de la Humanidad. En cada encarnación nosotros especializamos nuestro arquetipo; traemos memorias instintivas
subconscientes de experiencia como sexo opuesto de una encarnación a la siguiente; traemos también impulsos aspirantes de realizar la unidad durante toda nuestra sucesión de encarnaciones. Aquello en que nosotros faltamos a través de la ignorancia y congestión del deseo en una encarnación lo experimentamos retroactivamente en la siguiente o subsiguiente encarnación. Una mujer puede aprender mucho sobre los principios de paternidad por medio de su experiencia como hija, esposa o madre en relación con varones quienes exteriorizan sus pasadas faltas o incumplimientos de paternidad. Un varón recapitula activamente la esencia de pasadas faltas de paternidad (comienza en cada encarnación con esto) por medio de sus reacciones subconscientes hacia su padre cuando el primero está en la etapa inmatura impresionable. Nosotros estamos magnetizados a nuestros padres por un compuesto de semejanzas y desemejanzas a ellos. En otras palabras, nuestra conciencia individualizada (ignorancia o sabiduría) de los principios de paternidad es lo que hace nuestra relación particular con los padres lo que es, en una encarnación dada. Nosotros no creamos a nuestros padres, pero nuestra conciencia es el factor limitativo que determina la cualidad de nuestra relación con nuestro padre. La conciencia determina siempre la cualidad de la relación.
Ahora, tomemos el mándala con Leo como Ascendente. Este es el mándala arquetípico de Poder del Amor, el recurso de toda reacción y expresión emocionales. Es la fuente básica de toda identificación emocional de relación y, como el Aspecto Creador del Padre-Madre-Dios, él es el amor único del cual todos participamos a través de nuestras encarnaciones y al cual aspiramos a realizar y expresar continuamente en nuestra relación con la vida humana y subhumana. Refiriéndonos al asunto presente vemos que este poder está “empadrado” en nuestra conciencia por la fuerza generadora que llamamos deseo; el diámetro de Escorpión-Tauro es la vertical de este mándala. La sexualidad del macho y de la hembra da forma encarnada para la reaparición en este plano de un humano enfocador de poder solar. El deseo personal de los padres por una unión mutua enmascara la aspiración regeneradora arquetípica, la cual, arraigada por Escorpión en la cuarta cúspide de este mándala, comienza como expresión del sexo, pero florece como expresión de amor.
El Capricornio de la identidad de la paternidad es el signo de la sexta casa de este mándala. El diámetro del cual él es la polarización masculina (Capricornio-Cáncer) forma el diámetro de la sexta-duodécima casas de este mándala y es análogo al diámetro Virgo-Piscis del Gran Mándala (Aries Ascendente). Este diámetro es el Principio de Redención por medio del servicio personal (Virgo) e impersonal (Piscis). Como el Poder del Amor es la “cosa encarnada” en este mándala, cada factor en él es un aspecto de Amor. La ubicación de Capricornio-Paternidad en la sexta cúspide es, en la especialización de la conciencia masculina, la expresión humana del Amor Divino por la aceptación voluntaria de las responsabilidades (Vibración de Saturno) para servir al progreso de la vida humana (sexta casa) por la expresión masculina como procreador de la forma. San José, el padre humano de Jesús, es una personificación de la pureza de paternidad humana espiritualizada. Su servicio y devoción paternales fueron expresiones de la conciencia del amor único para instrumentar la procreación de una forma humana perfeccionada. Se ha llevado a cabo un ejercicio devocional por millones de humanos que se han postrado con reverencia ante las imágenes y cuadros de esta Vibración benigna, porque ellos, como símbolos, transmiten un sentido de la vida de la mayordomía amante y protectora de la paternidad como microcosmo de la paternidad del Logos Solar. Esta Conciencia santificada en forma de arón, ha transmutado el deseo personal, genético, posesivo, en una octava de servicio epigenético espiritualizado; él y sus prototipos a través de los tiempos simbolizan, para la comprensión interna de la humanidad, el Amor especializado en la identidad de la
paternidad; Su pureza y devoción son arquetípicas de esa verdadera seguridad que todos los inmaturos se esfuerzan por recibir de sus padres, y que todos los padres deben tratar de realizar en ellos mismos, y que todos los humanos; deben, tarde o temprano, apreciar que son un aspecto de un atributo divino. Padres: volteen sus mapas natales de modo que su cúspide de Leo se convierta en el Ascendente; estudie este arreglo como su especialización del mándala de Leo con referencia a las condiciones indicadas por la vibración de Saturno.
¿Cuál es su conciencia de paternidad como un Servicio de Amor?. ¿Cómo está representada su conciencia del amor de su propio padre?. ¿Tiende usted a repetir, en su experiencia, lo que usted interpretó como faltas en él?. ¿En qué cosas lo honra usted a él en su corazón y procura ser honrado por sus propios hijos?.
Aquí se ofrece, para variar, una sugerencia para lectura concerniente a cuadros
literarios de conciencia paternal altamente evolucionada; como estudiante de astrologia, usted puede gozar del estímulo de su conocimiento interno mediante la consideración de estas personalidades arquetípicas imaginarias para correlacionarlas con su estudio presente de los principios de paternidad:
John Evered en “Mujer Extraña” por Ben Ames Williams; Ling Tang en “Semilla de Dragón” por Pearl Bucle; Stephen Sorrel en “Sorrel e Hijo” por Warwick Deeping; Phillip Gordon en “Pozo de Soledad” por Radclyffe Hall; Lavrans Bjorgulfson en “Kristin Lavrandsdatter” por Sigrid Undset; David Naughton en “Claudia” por Rose Kraken. Las cualidades de masculinidad, altamente desarrolladas están combinadas con sabiduría y fuerza protectora en estos personajes que forman la nota tónica del tipo paternal evolucionado.
La consideración adicional sobre Capricornio en el mándala de Leo revela que Capricornio es el signo de la novena casa del Mediocielo Tauro, y por tanto el aspecto de Sabiduría del principio de Mayordomía. El hombre ha sido mayormente el que se gana el pan de la familia desde los tiempos primitivos. En tales experiencias, todos los Egos - que encarnan periódicamente como varones - destilan una comprensión más clara de los principios espirituales envueltos en la mayordomía material de la Vida. Está demostrado claramente en este mándala que en todas las familias en las que el padre es el sostén material, una de las responsabilidades básicas del padre es enseñar los principios del recto intercambio en asuntos materiales.
El deber se convierte en un enfoque de su propósito de padre en esta encarnación.
La madre, u otros, tendrán que cumplir esa responsabilidad al grado que él esté ajeno a tales principios. El recto intercambio es un aspecto de verdadera seguridad y como tal se evidencia en toda madurez psicológica y espiritual. Al grado que el padre esté informado espiritualmente sobre este asunto, es de su incumbencia guiar a sus hijos e hijas en la preparación espiritual de la experiencia práctica y profesional de éstos. Al grado que él esté libre de congestión por el deseo de posesión de las cosas (un “trismo” cristalizador de la conciencia de mayordomía) estará capacitado para instruir con certeza. Esto es sabiduría iluminando los capítulos prácticos de experiencia de la vida humana y nadie que esté funcionando como varón adulto puede ser considerado como un padre evolucionado si está ajeno a este Principio.
Ahora el Mándala de Capripornio: el horóscopo abstracto de identidad de paternidad; el cuarto aspecto del Gran Mándala y primer aspecto basado sobre el Elemento Tierra como Ascendente. Debido a que este mándala es de una identidad arquetípica lo consideramos desde un punto de vista un poco diferente al del horóscopo natal. El diámetro vertical se convierte en paternidad “arquetipolizada”. En otras palabras, en vez de padre y madre es un instinto arquetípico - un impulso evolutivo del cual se deriva la identidad. La paternidad y su polaridad, la maternidad, “son nacidos” del instinto evolutivo de transformar los dos “Yo Soy” de Aries y Libra separados, en el compuesto “Nosotros Somos” del diámetro Aries-Libra, representado aquí como el diámetro vertical. Debido a que nuestro tema es una especialización masculina, nos fijamos en el significador macho de este diámetro. Aries, signo de Marte, es la matriz del Principio Masculino, el símbolo archivibratorio de la conciencia individualizada del yo. La paternidad, hablando primitivamente, es resultado de una acción del macho de expresar su impulso genético instintivo y relajar las tensiones. En estados primitivos de conciencia el “intercambio de Amor” es desconocido - el apareamiento es una fusión de impulso instintivo egoísta. Pero la repetición a través de muchas encarnaciones es destilada la conciencia marital. El “Nosotros Somos” del matrimonio destila a su vez, conciencia regenerada de principios de paternidad - las leyes del Cosmos según se especializan a través de la experiencia como paternidad y maternidad humanas. Si Marte, como regente de esta cuarta casa (la base psicogénica) es símbolo de cualidad masculina básica, su signo de la novena casa, Sagitario, en la cúspide de la duodécima, es la “matriz” de la redención espiritual de la identidad de padre. Esta redención se ve en la generosidad expresiva de Júpiter, regente de Sagitario. Detrás de todo padre está el aspecto de Sabiduría de su conciencia individualizada. El encarnó como varón, llevó a cabo la experiencia de paternidad como un adulto para redimir a través de la sabiduría. “Aquello que fue lo suficiente bueno para mí deberá serlo para mis hijos” implica una actitud completamente pasada de moda - es paternidad congestionada. El impulso de mejorar las condiciones para sus hijos - esotérica o exotéricamente - es el progreso evolutivo especializándose en la conciencia de padre.
Además la exaltación de Júpiter en Cáncer, signo de la Luna, representa la polarización masculina del Principio de Alimentación; la ternura, generosidad y bondad que brota de Júpiter identifican al padre como dador - de protección, guía y bienestar material. El hombre primitivo, como la mayor parte de los animales, no estaba generalmente interesado en sus hijos como individuos. Júpiter, en la naturaleza paterna, es una destilación de compasión, simpatía e interés en los niños - el resultado de la expresión epigenética a través de muchas encarnaciones. Si Júpiter representa la expresión de amor paternal del hombre, como una especialización del Amor Solar, Saturno representa el símbolo arquetípico de la identidad y principio de la paternidad de la Humanidad: aquel que da forma como expresión de amor contribuyente, que personifica para el Engendrado el Principio protectivo, que exterioriza la vibración masculina madura, que exterioriza lo irredimido y la regenerado de la conciencia del individuo del Principio de Padre y que personifica la piedra angular masculina de la estructura social. El padre irredimido es el ciudadano irredimido, el maestro incapaz, ciego a sus atributos esenciales como enfocador del Poder Amoroso. El padre regenerado, el “Saturno de Luz Blanca” da y sostiene la encarnación en servicio Amoroso, ejemplariza en su persona y carácter aquello sobre lo cual la familia y la sociedad pueden construir una estructura mejor y expresa una conciencia de las verdades dirigentes de la Vida. El influye y guía mediante el principio, no por congestión personal, y conoce la verdad del Amor en las relaciones humanas. Así pues - Saturno en un horóscopo natal es la imagen del padre instintivo o subconsciente - un aspecto del impulso de seguridad el cual es la conciencia de la protección eterna del Padre-Madre Dios. El mándala de Capricornio tiene al Leo “matriz de Amor” en la octava cúspide. La paternidad espiritualizada es la expresión sexual elevada a la octava de la conciencia amorosa. No es una expresión “al azar” - es inspirada espiritualmente, planeada espiritualmente, expresada espiritual y hermosamente como una liberación de poder solar. (La instrucción oculta dice esto repetidas veces). El ejercicio espiritual de la paternidad planeada (dirigida por sí misma) sincroniza perfectamente con las esencias de la octava casa, el signo de Leo y el poder de Saturno como una electrización de experiencia generadora, por el macho, con el máximo recurso de Poder Amoroso.

del libro " Estudios de Astrología VIII ", de Elman Bacher

en you tube, aquí
https://estudiosastrologiaocho.blogspot.com/2010/05/la-paternidad.html


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